Espacio creativo es una columna dedicada a «procesos creativos de artistas independientes de Chile y el mundo«
Francisca Belén Valenzuela Riffo / Francisca Belén
26 años.
Cantante Intérprete
Estilos: r&b, rock, blues, jazz, pop, música latinoamericana
–
Mi viaje en la música ha sido una ruleta, yo comencé a cantar más o menos a los 9 años, y no por interés personal. En mi familia no hay músicos ni nadie que me estimulara tempranamente con canciones o instrumentos, así que no tenía cómo vincularme desde antes o conocer mis aptitudes. Fue en el colegio, que en las clases de música en eso de 3ro o 4to básico, mi profesora me insistía en que ingresara al coro, a lo que yo me resistí mucho tiempo porque no me gustaba ni me llamaba la atención, pero tras tanta insistencia, decidí ir una clase con la misión de que mi profesora se diera cuenta que realmente era muy mala, que yo no cantaba y que me echara. Fui a mi primera clase y no dejé de ir hasta que salí de 4to medio.
Ahí me enamoré de la música y aprendí las bases, comencé a afinarme, a familiarizarme con los escenarios, las presentaciones y a leer música. Ya entre los 14 y 15 años, junto a otro profesor de música, comencé a aventurarme en el mundo del canto popular como solista, los festivales de la voz, tomé clases particulares de canto y desde ahí jamás he dejado de cantar y de aprender. Entre medio nació el interés por el piano, estudié
teoría musical y aprendí piano muy autodidactamente (pero nunca llegué a desarrollarlo tanto).
En el viaje como solista es donde más cómoda me he sentido, pero al mismo tiempo lo más desafiante, los nervios antes de subir al escenario, la concentración para intentar no fallar (cosa que pasa muchas veces jajaj) y al mismo tiempo «esa necesidad de fluir y trasmitir al público el mensaje de las canciones es un lenguaje hermoso y que me gusta mucho«.
Tuve la fortuna de asistir a muchos festivales, de recibir un par de premios y con el tiempo fui definiendo mi estilo. Me di cuenta que no me acomodaba el formato competitivo de los festivales porque normalmente se exige un tipo de música en particular en la que dejé de sentirme satisfecha como intérprete, y desde ahí ha
sido, creo yo, una pelea hasta el día de hoy entre la música que me gusta interpretar y lo que el público y los lugares donde uno puede presentarse, quieren escuchar. Ya llevo 9 años trabajando como intérprete en bares de Talca, y creo que aún hay una brecha enorme de respeto hacia los músicos en general y se confunde la disciplina del músico con la función de la música envasada, donde a uno le piden estilos y canciones como si
se fueran a reproducir, y no como si hay un artista detrás que tiene una propuesta de estilos y de interpretación especial.
La música para mi es un lenguaje, hay cosas que sólo puedo expresar a través de la música, de hecho, mi forma más eficiente de recordar momentos es vincularlos con canciones. A veces siento que el nivel de importancia que tiene la música para mí, a pesar que no me dedico a ella en mi día a día, es lo que ha hecho que me cueste mucho más componer, porque me la tomo muy en serio. Últimamente he tenido más ganas de
hacerlo porque he visto en artistas locales esa valentía de lanzarse y los admiro mucho por eso, porque hacer música no es fácil. Tengo un par de canciones que aún no termino y espero que en algún minuto vean la luz, pero me cuesta porque soy muy racional en ciertos momentos y muy exigente, así que es un tema pendiente conmigo, como una meta personal. Quizás nunca publique mis canciones, o quizás sí, porque nunca me ha
interesado la fama al respecto, pero quiero hacerlo porque «es un desafío pendiente conmigo misma».
Con el tiempo igual he ido explorando la música y el sonido de distintas formas. Para mi proyecto de título como arquitecta estudié sobre paisaje sonoro para construir una obra que funciona como un “retorno del bosque” en la Reserva Altos de Lircay, Vilches, donde se construyó una estructura parabólica donde las ondas sonoras se
concentran y amplifican en un punto, donde uno puede sentarse a escuchar. «Esta forma de entender el sonido es algo que tengo pendiente de seguir desarrollando porque me parece muy interesante y necesario, ya que no estamos acostumbrados a darle tanta importancia al escuchar, siendo que es el primer sentido con el que nos vinculamos al mundo exterior.»
Actualmente me encuentro trabajando en algunos eventos privados como cantante y explorando formatos más íntimos y de mi gusto. He estado no sólo como solista, sino que también a dúo con Tarros Rojos, (artista local que además es mi pareja) explorando con standars de Jazz en formato acústico con guitarra y voz, y esperemos que pronto pueda concretar mi música propia para derrotar miedos y lanzarme con mi propio sonido.